Los cambios 4 – Estabilidad

El tiempo pasa volando, empiezas a dominar tu nuevo espacio de trabajo, en los cajones encuentras tus cosas, el ordenador, las unidades de red compartidas, esas cosas tan cotidianas no te son ajenas. En este corto espacio de tiempo,  de hecho has contribuido con algunos documentos nuevos. Te empiezas a sentir cómoda cuando te presentas, con tu nueva posición.

¿Pero cuando se produce ese punto de inflexión? Cuando amplias tu campo de visión, cuando tienes la suficiente confianza en ti para mirar a tus compañeros, y pararte a analizar sus reacciones ante las tareas que te van asignando. Y cuando pierdes el miedo a preguntar y a repreguntar.

Cuando aterrizas en un nuevo puesto de trabajo, y más en los tiempos que nos tocan vivir, hay una lista enorme de cosas que debes empezar a asumir, y las incorporaciones son esperadas por el resto del equipo. Pero tú necesitas saber que es prioritario, que corre prisa y que es realmente urgente. Sin esta información el cúmulo de cosas hace que no sepas por dónde empezar.

Los días van pasando y si tomas nota de todo los imputs que te van llegando, te das cuenta que se van repitiendo, que los temas son limitados. Tomar notas, releerlas, te facilita preguntar y no dejarte ninguna de las tareas que te van asignando al vuelo.

Hacer una lista de tareas pendientes, es clave, ir tachando subtareas, te da confianza y seguridad.

Separar en carpetas los documentos de cada tema, estructura tu mesa y tu mente. Sin contar de que facilita su búsqueda cuando te piden algo. Y lo mismo sirve para los correos electrónicos, que empiezan a crecer en número, los nombres de los remitentes o los destinatarios aún no te son del todo familiares y si los tiene ordenados en capetas, en función del tema, facilita muchísimo recuperarlos, reeleerlos etc.

Crear un sistema de trabajo al principio, facilita muchísimo irte empapando de todo. Y además el volumen de documentación es manejable, si lo dejas mucho tiempo crecerá el caos y el tiempo que tengas que invertir poner orden.

Observa, asume, actúa, pero pregunta, se humilde y sonríe. Todo son experiencias, de todo se aprende, todo suma!!

Solemos afrontar las cosas con prisa, queremos volver a sentirnos seguros, volver a la zona de confort de la que salimos antes del cambio, pero si lo pensamos, el cambio es cíclico, y cuando superemos este vendrá otro, así que en realidad lo que importa es el camino, no el final, que no será más que un nuevo comienzo. Lo interesante son las experiencias, personales y profesionales que encontraremos en este camino, y cuanto estamos dispuestos a extraer de ellas.

Espero que os sirva!

Un abrazo Raquel